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sábado, 23 de abril de 2016

Preparar personas para enfrentar sismos es el reto que deben enfrentar autoridades en toda la región Ica

Viceministro y expertos del CIP participaron en presentación de manual. Foto: Difusión

Expertos del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP) recomendaron invertir fuertemente en los próximos cinco años en la preparación de las personas para que enfrenten un sismo o tsunami sin cometer errores como el de permanecer cerca de un edificio durante un movimiento telúrico.

"Es necesario que en este quinquenio la gente conozca lo esencial de los desastres naturales y sepa cómo enfrentar los diferentes escenarios de riesgo que se le pueden presentar, sobre todo en las zonas sísmicas, como es el caso de la región Ica", manifestó el sismólogo Julio Kuroiwa.

Durante la presentación del Manual para la Reducción del Riesgo Sísmico de Viviendas en el Perú, de su autoría, el ingeniero afirmó que la educación es fundamental para que la gente tome las decisiones más acertadas ante un sismo y tsunami, sin poner en riesgo su vida.

“Tenemos que acabar con esa sensación de desprotección que tienen muchas personas que no saben qué hacer frente a estos desastres naturales. Ellas tienen que conocer cuándo es un temblor, cuándo un terremoto, qué tienen que hacer si ocurre de día o de noche”, comentó a la agencia Andina.

Para el especialista, las familias de los asentamientos humanos son las que más necesitan orientación. Ellas, por ejemplo, deben saber que pueden reforzar sus viviendas con columnas y no con tapias y fierros, o construir una habitación resistente que les pueda servir de refugio. 

Los expertos señalaron que los simulacros deberían incluir los siguientes tips utilitarios:

Las personas tienden a protegerse y lo que deben hacer es buscar espacios abiertos para evitar que les caiga vidrios, material de concreto o paredes que puedan acabar con sus vidas

En los simulacros cada centro de trabajo debería distribuirse un mapa del entorno de la institución para que sus trabajadores conozcan los lugares de riesgo o de apoyo que pueden encontrar”, dijo.

Las municipalidades deberían imitar el ejemplo del distrito limeño de Miraflores, que ha creado depósitos subterráneos para guardar víveres, agua y materiales de apoyo que se usarán después del sismo o tsunami. 

Debe ser internalizado que sólo después de que deje de temblar la tierra, las personas evacuaran edificios, porque las escaleras y ascensores es lo primero que colapsa.

Si se logra salir ileso, no se debe retornar para ayudar a otras personas, esto sólo lo debe hacer personal que está capacitado para rescatar en zonas vulnerables.

Si estás en auto bajarse y ponerse a un lado, porque el auto va a servir como zona de protección ante cualquier caída de objetos.

Buscar en todo lugar el triángulo de la vida para protegernos, cuando un edificio colapsa, los objetos en su interior son aplastados por el peso del techo que cae. Sin embargo, alrededor de cada uno de dichos objetos quedan espacios vacíos; estos espacios son los "triángulos de la vida", y son el sitio recomendable durante un terremoto para sobrevivir. Cuanto más macizo y grande sea un objeto, menos comprimido quedará luego de ser aplastado, de manera que será mayor el espacio que quede a su alrededor.


El último terremoto en el Perú ocurrió el 15 de agosto de 2007, tuvo una magnitud de 8.0 grados y las zonas más afectadas fueron las provincias de Pisco, Ica, Chincha y Cañete. El movimiento telúrico dejó 596 fallecidos, 2,000 heridos y 340,000 damnificados.

El director de Sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, advirtió que la franja costera entre Chimbote y Pisco experimenta un "silencio sísmico" de hace 270 años, por lo que debemos aprender a actuar ante la ocurrencia de un movimiento telúrico de magnitud.

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